En este difícil entorno laboral, concéntrese en el rendimiento, no en los derechos
Cuando las cosas van mal, ya sea porque has perdido tu trabajo o porque no encuentras un empleo, es fácil jugar la carta del derecho. «¿Cómo pueden hacerme eso?», «¿Cómo pueden dejarme a mí y no a él?», «Si me van a recortar las horas, entonces voy a dejar de preocuparme por mi rendimiento». Todas estas son reacciones naturales por las que pasan muchas personas. Sin embargo, cuando se trata de conservar el trabajo o de encontrar uno nuevo, esta actitud no servirá de nada.
Una práctica común de los empleadores en estos días es la reducción de horas o días para sus empleados tratando de evitar los despidos. Hace poco escuché a una persona que visitaba nuestra oficina hablar de cómo su empleador acababa de reducirle a cuatro días de trabajo semanales. Luego dijo que si le iban a recortar los días (y el sueldo), iba a dejar de contestar el teléfono después de las 5 de la tarde. Es su manera de devolverle el golpe a su empleador.
Ahora bien, si quieres dejar de trabajar a las 5 de la tarde, no voy a discutir contigo y, francamente, apoyo ese tipo de mentalidad. Pero, si tu objetivo es mantener tus ingresos y tu sustento, este tipo está manejando su situación de la peor manera posible. Cuando el negocio se recupere y el empleador pueda volver a poner a algunos empleados a trabajar cinco días a la semana, ¿a quién crees que van a elegir? A las personas que, a pesar de la difícil situación, mostraron su carácter y se superaron, ésas. Este tipo será de los últimos en volver a la semana laboral completa en su empresa.
Su actitud era de derecho. A pesar de que se le anima a que su empleador haga todo lo posible para evitar el despido mediante la reducción de horas, optó por resentirse con su empleador y encontrar la manera de vengarse de su empresa.
La realidad es que los negocios son difíciles ahora mismo, en casi todos los sectores. Los ingresos han bajado en todos los ámbitos y el resultado es que, en muchos casos, hay que reducir los costes. Esto suele traducirse en despidos. Te animo a que demuestres lo valioso que eres para tu empresa. Esto se expresa en el rendimiento y la actitud. Ofrécete a ayudar a tus compañeros de trabajo en sus tareas, aunque no se te reconozca, porque tus compañeros y empleadores te reconocerán por tener una gran actitud y ser parte del equipo.
Te animo a que rindas más que nunca. Asume responsabilidades adicionales y demuestra que te importa ayudar a la empresa en un momento difícil. Siéntate con tus jefes y exprésales tus pensamientos e ideas sobre cómo puedes ayudar. Tu jefe apreciará tu proactividad y tu actitud.
La conclusión es que no hay nada más importante financieramente en este momento que tus ingresos. Mantén tu trabajo y tus ingresos. Haz lo que sea necesario, y si acaban recortando algunas de tus horas o turnos, no te lo tomes como algo personal. Demuestra a la gente que te rodea que no vas a dejar que las circunstancias difíciles afecten a tu actitud o a tu rendimiento. Esto no sólo te ayudará a conservar tu trabajo, sino que, cuando el negocio se recupere, puede que te encuentres en la lista de candidatos a ascensos u otros reconocimientos. Buena suerte.