El experimento del malvavisco y sus finanzas
Mientras que muchas personas que poseen grandes cantidades de dinero son muy inteligentes, otras no lo son necesariamente, pero sí fueron capaces de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Ser inteligente no es necesariamente esencial para crear riqueza, pero ¿qué diferencia a estos dos tipos de personas? Además, ¿qué es el experimento del malvavisco y qué relación tiene con él?
A finales de los años 60, un investigador de la Universidad de Stanford llamado Walter Mischel realizó un largo estudio con malvaviscos. Colocó malvaviscos en una mesa delante de niños de 4 años a los que les gustaban. A los niños se les dijo que podían coger ese malvavisco y comérselo ahora mismo si querían o que si esperaban 15 minutos podían comer dos. Algunos se comían el primero de inmediato, pero otros esperaban a recibir dos. Básicamente, se trataba de poner a prueba la capacidad de los niños para retrasar la autogratificación.
14 años más tarde, Mischel entrevistó y analizó la situación de los niños en varios aspectos de la vida. Lo que descubrió fue que los niños que eran capaces de esperar y recibir dos malvaviscos en lugar de ceder inmediatamente al primero, tenían generalmente una mayor autoestima, más paciencia, mejores habilidades de afrontamiento, optimismo, mejores resultados en el SAT y otros beneficios. Este estudio también se cita a menudo en relación con la capacidad de ser financieramente más estable, no basada en la inteligencia sino en la capacidad de retrasar la gratificación.
¿Qué puede enseñarnos este experimento sobre nuestras finanzas?
En el experimento, los niños solían hacer otras cosas para distraerse del malvavisco. Cerraban los ojos, se daban la vuelta, cantaban o hablaban en voz alta. Básicamente, se distraían de su deseo de la golosina. Intentaban sacarse a sí mismos del contexto del lugar. Con las finanzas, es similar en el sentido de que si estás tratando de ahorrar dinero, no te tientes con cosas que sabes que deseas. Haz lo posible por mantenerte alejado de esas cosas hasta que llegue el momento.
Pero si se omite lo que se desea ahora, se tendrá más mañana. En la prueba, esto es lo que les ocurrió a los niños, esperaron y ganaron el doble de su inversión, por así decirlo. Es similar al interés compuesto. Si puedes retrasar lo que deseas ahora, podrás tener más mañana.
Mientras que en el experimento los niños tenían garantizados dos malvaviscos, en la vida y en la inversión no hay mucho que esté garantizado. (Aunque hay algunas que sí lo están, como los pagarés protegidos, etc.) Es importante invertir con lo que uno se siente cómodo respecto al riesgo. Además, no te limites a «dejar que los malvaviscos» se acumulen sin cobrar nunca una parte de tu inversión. Tienes que poder disponer de vez en cuando de pequeños trozos de tus inversiones según te parezca. La clave a recordar aquí es ser un inversor paciente y aprender a retrasar la gratificación. Si necesita ayuda para hacerlo.