La formación de los empleados: Una inversión que rinde más que el dinero
La vida es sinónimo de aprendizaje. Cada día es un nuevo día en el que puedes aprender cosas nuevas, adquirir una habilidad y utilizar tus conocimientos para resolver los numerosos problemas de la vida. En resumen, cada día es una buena oportunidad para aprender algo nuevo. Así que es lógico que la vida se aburra muy rápido si las oportunidades de aprender cosas nuevas se detienen.
Esto es exactamente lo que siente la mayoría de los empleados después de unos años en una empresa que no ofrece ningún tipo de formación, entrenamiento o actividad de aprendizaje útil. Se sienten desatendidos y poco importantes en el gran esquema de las cosas, lo que conduce a la desmotivación y a la infelicidad general.
Póngase en su lugar: ¿se quedaría con una empresa que no se preocupa por usted ni por su futuro? Teniendo esto en cuenta, veamos por qué la formación de los empleados es una inversión que merece la pena y por qué todas las empresas deberían hacerla.
La formación fomenta la fidelidad
Los empleados se sienten mejor cuando las empresas se interesan de verdad por su futuro. Por eso empresas como Google y Toyota tienen empleados tan fieles: su formación nunca se detiene y se les ofrecen muchas oportunidades de crecimiento. El aburrimiento y el estancamiento nunca tienen la oportunidad de afianzarse.
Los empleados que reciben una valiosa formación facilitada por la empresa crecen hasta convertirse en «socios» leales de por vida en el crecimiento continuo de la empresa. Invertirán los mejores años de su vida en la empresa que invirtió fuertemente en su crecimiento y confió en ellos para utilizar todo lo que han aprendido para ayudar a la empresa a alcanzar nuevas cotas.
La formación ayuda a los que no rinden lo suficiente
Los empleados sin formación son empleados infelices porque saben que no son lo suficientemente buenos en comparación con sus compañeros. Estos empleados son más propensos a no rendir lo suficiente porque no saben que hay una forma mejor de hacer las cosas. Cuando un empleado está descontento e insatisfecho con el trabajo, no le importará el resultado final. Los productos o servicios lo reflejarán y los clientes lo sabrán. Todo el mundo pierde.
La formación y el entrenamiento regulares ayudan a estos empleados descontentos y con bajo rendimiento a darse cuenta de que pueden ser diez veces mejores de lo que son. Serán capaces de profundizar y sacar una persona diferente, una que sea compasiva con su trabajo y que haga todo lo posible por satisfacer las necesidades del cliente.
La formación corrige a los propensos a cometer errores
Los empleados que carecen de formación son más propensos a cometer errores, cuya solución cuesta tiempo, dinero y recursos. Hay que repetir el trabajo, lo que provoca retrasos y cuellos de botella en la producción o la distribución. El peor escenario es cuando se envía al cliente un producto de calidad inferior y se deshace literalmente al utilizarlo. La pérdida de clientes y las demandas judiciales son inevitables.
Un empleado formado sabe cuándo algo está mal y tomará las medidas necesarias para corregir la situación. No necesitará preguntar a un supervisor al respecto y actuará de forma autónoma, ahorrando tiempo y mano de obra.
Día de entrenamiento
Hay muchas maneras de facilitar la formación de sus empleados. Puede hacerlo internamente, lo que consiste básicamente en hacer que sus mejores personas formen a los nuevos empleados o a los que necesiten entrenamiento. Otra forma es contratar a un consultor de formación, que elaborará módulos de formación basados en sus necesidades.
Como alternativa, siempre puede buscar cursos de formación externos para su personal. Los probadores de software pueden recibir formación sobre el servicio de asistencia UFT en diversas escuelas o proveedores de servicios de automatización de pruebas que ofrecen este tipo de formación. El personal de servicio puede obtener cursos de actualización en el servicio de alimentos, el manejo de los clientes y la etiqueta adecuada en la mesa de los servicios de consultoría de hospitalidad.
Vale la pena cada centavo
Ayudar a los demás a mejorar sus habilidades y a crecer como personas son algunas de las cosas que se pasan por alto en los círculos de formación. Estás ayudando a las personas a adquirir nuevas habilidades que pueden llevar consigo para siempre. Son habilidades que nadie puede quitarles y que pueden ayudarles a conseguir un futuro mejor. Eso es algo muy importante, ¡y deberías estar contento de hacerlo!
La formación es una inversión de tiempo y dinero a partes iguales. Se necesita tiempo para formar a la gente y dinero para hacerlo, pero los resultados compensan con creces el coste. Invierta en su gente. Sólo el rendimiento del karma merece la pena.